Es muy sencillo mantener tu casa apartada de malas vibras y energías negativas. Limpia tu casa por completo: marcos, pisos, madera, cocina, baño, azulejos. Los más recónditos rincones y todas las superficies lisas. Luego pon todo en manos de las identidades superiores, no importa en cuál de ellas creas, y deja que tu casa se vaya curando sola.
Compra amoniaco sin diluir y moja con él un algodoncito y pásalo por todos los rincones de la casa, en las molduras o en el piso y que no quede ninguna parte sin pasar. Después busca agua bendita, salpica toda la casa y pon alguna esencia perfumada. Al mismo tiempo debes imaginar tu casa llena de luz violeta y posteriormente, de blanco. Por diminutos que sean los cambios verás que inician un proceso de luminosidad en tu vida y tu familia que alejará la mala suerte para siempre.
Otro hechizo:
Necesitas: 5 almendras, un litro de agua natural mineral y un metro de franela amarilla.
Hierve las almendras con cáscara por lo menos durante quince minutos. Limpia bien el piso de tu casa de la manera habitual. Cuando el agua de almendras esté fría, la viertes a un depósito de vidrio o cerámica, nunca de plástico. Sumerge tu mano en el recipiente y luego sacudes tu mano mojada sobre la franela y asegúrate de que quede bien húmeda. Con la franela humedecida, frotas tus pisos. Humedece la franela todas las veces que sean necesarias pero siempre con tu mano, no sumergiendo la franela en el recipiente. Este hechizo lo harás un día sábado, antes del medio día. Las almendras tienen el poder esotérico de llamar a la buena suerte y de purificar un hogar contra las malas intenciones de terceros.