Tener un hijo es uno de los hechos más importantes en la vida de cualquier ser humano, ya que al engendrar otro ser estamos creando vida y prolongándonos en el tiempo. Sin lugar a dudas convertirnos en padres es un suceso inmensamente feliz, pero al mismo tiempo, por tratarse de una gran responsabilidad, también genera muchas dudas y miedos en quienes aún no se conocen a sí mismos en este aspecto de sus vidas. ¿Seré excesivamente cariñoso y tenderé a malcriarlo? ¿Deberé controlar mi tendencia a la severidad y desarrollar más la paciencia? ¿Cuando mi hijo sea adolescente sabré comprenderlo y darle libertad sin consentirlo?
Saber qué tipo de padres seremos y conocer también el estilo de nuestra pareja puede ser un dato muy importante a la hora de decidir formar una familia. La astrología puede sernos de gran utilidad en este aspecto, ya que con sólo remitirnos al signo solar de una persona podremos anticipar con bastante exactitud cómo será su comportamiento a la hora de la paternidad.
Los arianos son severos, no permiten desobediencias pero siempre defienden a sus hijos. Leo, desde su trono, juega al más fuerte pero se acerca con gran comprensión. Sagitario abre los brazos a la descendencia con una amistad incondicional.
Los signos de Tierra, tan austeros, temerosos y conservadores, hacen gala de estas virtudes también al ser papás. Tauro, rígido e intransigente en sus puntos de vista; Virgo, autoritario y flexible a la vez y Capricornio, una real mano dura con guante de seda. Los signos de Aire pueden utilizar lo mejor de ellos al hacerse padres: la comunicación. Buscando y tratando de ser coherentes, los geminianos son suaves; el libriano, un compañero cálido y el acuariano, un tierno, cariñoso y claro exponente de papá o mamá. Cáncer, desde las emociones del Agua, resulta ser a veces excesivamente protector. Escorpio los adora pero es demasiado duro y Piscis resulta un deleite como progenitor (por lo menos, eso es lo que aseguran sus hijos).